martes, 29 de diciembre de 2015

Rosas del Sur: Strauss, Cervantes y la Reina

Si hace un año por estas fechas hablábamos de la opereta El Murciélago de Johann Strauss, éste traemos otra de las obras que habitualmente figuran en el programa del Concierto de Año Nuevo de la Filarmónica de Viena: el vals Rosas del Sur del mismo autor. Una miscelánea de temas procedentes de su opereta El pañuelo de encaje de la reina que merece traerse a colación en el próximo 2016 por la conmemoración del IV Centenario de la muerte de Miguel de Cervantes (1547-1616), pues el protagonista de este vals no es otro que nuestro escritor invitando a la Reina de España a donde florece la rosa silvestre.


Detalle del jardín de la casa de Cervantes.
Pasaje de Dulcinea (Valladolid).
FICHA TÉCNICA

Obra: Rosas del Sur, Vals, op. 388
Compositor: Johann Strauss (Saint Ulrich, Imperio Austrohúngaro, 1825 - Viena, 1899).
Año de composición: 1880.
Estreno: Su hermano Eduard, el 7 de noviembre de 1880, en el concierto dominical que la Orquesta Strauss daba semanalmente en la Musikverein de Viena.
Duración: 9 minutos, aprox.
Discografía propuesta: Zubin Mehta, Concierto de Año Nuevo de la Orquesta Filarmónica de Viena de 1998 (DG).










STRAUSS Y UNA OPERETA CERVANTINA

Cuando hablamos de El Murciélago ya
Johann Strauss.
dijimos que
Strauss, a diferencia de otros coetáneos como Franz von Suppé, no veía la opereta como un género a considerar. Con motivo de un baile organizado por la Asociación de la Prensa de Viena, se encargó a nuestro compositor y a Offenbach sendos valses. El del primero llevaba por título Vals de la mañana y el del segundo Vals de la tarde. El primero, obra del maestro de valses por excelencia fue escuchado con respeto pero con cierta indiferencia. El del segundo, rey de la opereta, despertó tal entusiasmo que fue repetido nueve veces. Tras este golpe bajo en su especialidad, Strauss se decidió a componer operetas, despechado por lo que consideraba un fracaso.

Si en El Murciélago (1874) los protagonistas eran un abogado y un notario en el despreocupado ambiente festivo de la nobleza vienesa, en El pañuelo de encaje de la reina (1880), los Reyes de España y Cervantes se ven envueltos en una comedia de enredo. A diferencia de la primera, El pañuelo no ha gozado de la misma popularidad, si bien en los últimos años ha despertado el interés de algunos teatros centroeuropeos de primera línea.

CERVANTES: HOMBRE DE ESTADO Y SEDUCTOR

Desde luego esta doble faceta no nos la imaginamos los españoles de nuestro escritor más famoso, aunque no por ello no debe ser cierta. Heinrich Bohrmann-Riegen escribió el libreto de una opereta en la que Cervantes era el protagonista y que le fue ofrecido a Franz von Suppé. Suppé lo rechazó, así que pasó a manos de Strauss, quien encargó a Richard Genée, libretista de El Murciélagoalgunos retoques al gusto del público vienés. Se estrenó el 1 de octubre de 1880 en el Theater an der Wien, reciento emblemático de la vida social vienesa que presenció el estreno de otras obras del compositor así como de varias de las más famosas de Beethoven (sus Sinfonías nº 3, 5 y 6, el Concierto para violín o la Fantasía Coral).

La obra es una versión libre de un episodio que pudo haberle ocurrido a nuestro escritor, trama amorosa incluida, y que se evapora al final, cual burbujas de champán en ambiente cortés, como si nada hubiera pasado. El atrevimiento del libretista al imputarle tal trama a Cervantes se ve atemperado por el hecho de que todo lo demás es notoriamente ficticio, aunque los personajes trazados no van del todo desencaminados, como veremos.

Interior del Theater an der Wien.

LA TRAMA Y SU CONTEXTO

No tenemos indicación temporal. Cervantes nació en Alcalá de Henares el 29 de septiembre de 1547, su familia se trasladó a Valladolid cuando él tenía cuatro años, en su madurez residió en varios lugares y falleció en Madrid el 23 de abril de 1616.
Estatua de Cervantes en Valladolid.

La opereta comienza de la siguiente manera. Cervantes está en Portugal, donde se encuentra asentada la Corte del joven rey Don Sebastián, quien no demuestra mucho interés ni en regir el país ni en preocuparse por su esposa. El Duque de Villalobos, primer ministro, y Don Sancho de Avellaneda, tutor real, se ocupan de los asuntos de Estado. Villalobos es tremendamente impopular entre las clases humildes y nuestro escritor le dedica una coplilla sarcástica.

Cervantes es arrestado, pero su ingenio le permite ganarse la confianza del Rey, es puesto en libertad y se convierte en su hombre de confianza. Esto le permitirá conocer a la Reina, quien le pide que le lea sus obras.

La Historia nos dice que Cervantes, después de ser liberado por los Trinitarios de su cautivo en Árgel, marchó en mayo de 1581 a hacer fortuna a Portugal, donde Felipe II había establecido temporalmente la Corte. Contaba entonces con treinta y tres años. El monarca tenía cincuenta y tres y acababa de enviudar de su cuarta y última esposa, Ana de Austria. Ana era hija del Emperador de Austria Maximiliano II, pero nació en la vallisoletana villa de Cigales, a pocos kilómetros de la capital. Tenía dos años menos que Cervantes y, si hubiera vivido y conocido al escritor, parece plausible que hubieran congeniado.

El desinterés por los asuntos de Estado de un joven monarca nos acerca más a Felipe III,
La villa de Cigales vio nacer a Ana de Austria.
que era un niño en la época en que Cervantes estuvo en Portugal. Éste, además, sí tuvo un valido impopular: el Duque de Lerma. Casó con una austríaca de nacimiento, Margarita de Austria-Estiria, quien con ayuda del confesor del Rey, Fray Luis de Aliaga, hizo todo lo posible para que se invetigaran los asuntos de Lerma. Ella falleció tempranamente, pero el sacerdote, verdadero hombre de despacho, continuó su trabajo y, siete años después, salió a la luz pública. No obstante, las fechas nos situarían en una época con un Cervantes mucho mayor, casado (aunque separado de su mujer) y asentando, también con la Corte, en Valladolid. Una tercera hipótesis nos llevaría a trazar un paralelismo entre el Rey y el Archiduque Rodolfo, hijo del Emperador Francisco José e Isabel de Baviera (Sissi), que en el año del estreno contaba con veintidós años y que no demostró interés por los asuntos de Estado. Ello motivaría que la obra, tras una acogida muy calurosa (más de cien representaciones en su primer año), 
desapareciera de los carteles en la misma época en que ocurrieron los Sucesos de Mayerling (1889).

Felipe II y Felipe III de España y el Archiduque Rodolfo de Austria,
tres posibles fuentes de inspiración.

La opereta prosigue con la Reina y Cervantes hablando. Él le recita unos veros de El Quijote, no sabemos si con intencionada indirecta o poética ingenuidad:

Érase un joven
tímido y triste
como rey en el trono de Egipto.
Pero un ministro
listo y ambicioso
lo convierte en burla de su pueblo.
 Y como el Rey no encontró ayuda
ni en su mujer ni en la corte,
al final el ministro
lo destronó.

La Reina recompensa a Cervantes con un pañuelo de encaje acompañado de un mensaje: La Reina te ama, pero no eres Rey.

Ana de Austria y Margarita de Austria-Estiria,
dos posibles inspiraciones para la Reina.

El episodio tiene tanto de poético como de fantástico: la primera parte de El Quijote se publicó en 1605, cuando el escritor vivía en Valladolid. Los versos son debidos a Bohrmann y su falsa atribución no tiene nada de particular si lo comparamos con otras citas célebres atribuidas a la novela, como Ladran, luego cabalgamos, cuya confusión radica en que fue incluida en la adaptación cinematográfica de Orson Welles.

En el segundo acto el Duque de Villalobos ve cómo a Cervantes se le cae del bolsillo el pañuelo de la Reina, lo recoge y se lo da al Rey. Y junto con el pañuelo, está el papel. Una vuelta de tuerca más al enredo del pañuelo que ya desarrollara Shakespeare en Otelo. El monarca expulsa a Cervantes de la Corte y recluye a la Reina en un convento.

En el tercer acto Cervantes se encuentra en una posada próxima al convento donde se encuentra recluida la Reina. Quiere solucionar el entuerto y devolver la concordia a la pareja real. Junto con unos compinches, secuestra a la Reina del convento y la devuelve a palacio. Allí, ella se disfraza de doncella y sirve al monarca su plato favorito. Él la reconoce, las cosas se aclaran y Cervantes es elogiado como un conciliador.

DE LA OPERETA AL VALS


Tras el estreno el 1 de octubre de 1880 y gozando de gran popularidad, Strauss compuso un vals con los temas principales de la obra. Fue estrenado el 7 de noviembre por su hermano Eduard al frente de la Orquesta Strauss en los conciertos dominicales que daba la agrupación en la Musikverein vienesa (en cuya Sala Dorada se celebra el Concierto de Año Nuevo).

El sutil tema inicial aparece hacia el final de la Obertura y es cantado por la Reina al principio del segundo acto. Su sutileza envolvente quiere recrear la ensoñación que le produce la personalidad de Cervantes.

El animado tema central (4:22) está tomado del concertante final del tercer acto, desembocando en el tema central (5:45), reexpuesto en la coda (7:53) que Cervantes le ha cantado a la Reina: donde florece la rosa silvestre. Porque una rosa puede tener muchos significados, y si la roja simboliza amor, la rosada simboliza gratituid y la blanca honestidad. Y como Cervantes no es el Rey, pero el monarca se compromete a atender debidamente los asuntos de Estado, y por tanto, va a serlo con todas las consecuencias, la pareja queda felizmente restablecida. Él cumpliendo sus deberes, ella como abnegada mujer de Estado a quien las circunstancias le han marcado ser la esposa de un Rey.

¿Y la rosa silvestre florece en el sur de España? El sur de España no es buen clima, puesto que es una flor de climas templados no ideal para altas temperaturas. Sí es propia de climas mediterráneos en general. El del Sur es un guiño al rey italiano Humberto I de Saboya. Hace referencia, por tanto, al sur de Europa.

ANÉCDOTAS

NAVE ESPACIAL A RITMO DE VALS

Si en 2001: Odisea en el espacio (Stanley Kubrick, 1968), la nave espacial entraba en órbita a ritmo del Vals del Danubio Azul, en la nave Enterprise de Star Trek resuena Rosas del sur en el episodio nº 17 (El escudero de Gothos).