domingo, 12 de octubre de 2014

Gigantes y Cabezudos de Fernández Caballero

No es fácil encontrar una obra que consiga aunar todos los elementos que confluyen en el 12 de octubre: Nuestra Señora del Pilar, Patrona de España, por un lado; la Hispanidad, al coincidir con el descubrimiento de América, por otro; y el marco obligado de la ciudad de Zaragoza. Gigantes y cabezudos, una zarzuela de trama sencilla y ubicada en unas circunstancias muy concretas, en Zaragoza, un 12 de octubre de 1898, conjuga a la perfección todos los elementos en juego.

La Virgen del Pilar, de Goya (h. 1775-1780)
Museo Provincial de Zaragoza
FICHA TÉCNICA

Obra: Gigantes y cabezudos, zarzuela en un acto, dividida en tres cuadros.
Autor: Manuel Fernández Caballero (Murcia, 1835 - Madrid, 1906). El libreto es de Miguel Echegaray (Quintanar de la Orden, Toledo, 1848 - Madrid, 1927).
Estreno: Teatro de la Zarzuela, Madrid, 29 de noviembre de 1898.
Duración: Unos 40 minutos de música que, añadiendo los diálogos hablados, conforman una obra de unos 70 minutos.
Discografía propuesta: En CD: Ataulfo Argenta, Gran Orquesta Sinfónica y Coro de Cámara del Orfeón Donostiarra. Reparto: Ana María Iriarte (Pilar), Carlos Munguía (Jesús), Nicolás Aldanondo (Isidro), etc., 1952 (Alhambra). En DVD: José Antonio Irastorza, Orquesta y Coro del Teatro Calderón de Madrid. Reparto: María Rodríguez (Pilar), Rafael Lledó (Jesús), Enrique del Portal (Isidro), etc. Producción de José Luis Moreno, 1995 (Universal).




UNA ZARZUELA COSTUMBRISTA SITUADA EN ARAGÓN

Gigantes y cabezudos es una muestra de la zarzuela costumbrista, generalmente de corta duración y trama sencilla, de la que a finales del siglo XIX encontramos abundantes ejemplos.
Portada de la edición original.
Pertenece al llamado "género chico", que se contrapone a las "zarzuelas grandes", más complejas dramática y musicalmente. En 1898, Miguel Echegaray (hermano del dramaturgo José Echegaray, el cual hoy es conocido sobre todo por armar una fuerte polémica a principios del siglo XX por ganar el Nobel de Literatura frente a Pérez Galdós), escribió una obra enmarcada en la Zaragoza festiva de la Virgen del Pilar, que musicó Manuel Fernández Caballero.

El título se refiere a los tradicionales desfiles festivos de simpáticos gigantes y cabezudos, de procedencia aragonesa aunque hoy difundidos a toda España, que son aprovechados para caracterizar el temperamento aragonés. Así, la protagonista, al final de la obra dice: Somos tercos, somos rudos, todos los aragoneses, gigantes y cabezudos.

Las celebraciones de la Virgen del Pilar enmarcan una historia de amor muy simple que sirve de pretexto para pintar la cultura popular aragonesa, con alusiones a la Guerra de Cuba. Precisamente, esa simpleza, unido al clásico refrán No mentes la soga en casa del ahorcado, hizo augurar a algunos críticos que la obra no tendría exito. No fue así, pues ya su estreno en el Teatro de la Zarzuela estuvo marcado por una calurosa acogida, probablemente por la caracterización popular de los personajes, determinadas situaciones que el pueblo llano vio como propias (subida de impuestos, el desgaste moral de la guerra) y su música empapada de un constante ritmo de jota.

EL ARGUMENTO

Cartel de la película de 1969
Cartel de la película de 1969.
Según vamos desarrollando el argumento iremos escuchando algunos fragmentos de la obra. Ésta ha sido llevada al cine en dos ocasiones: en 1925, en blanco y negro, y en 1969. Utilizaremos esta última, cuya música fue grabada por el Coro y Orquesta de RTVE, dirigidos por Federico Moreno Torroba, que décadas atrás había compuesto varias zarzuelas de éxito.

Como ya hemos dicho, la historia tiene lugar en Zaragoza, en 1898. El primer cuadro unos días antes de las fiestas del Pilar, el segundo y el tercero, el 12 de octubre.



PERSONAJES:
  • Pilar, joven dependienta en el puesto de mercado de su tío Isidro, enamorada de Jesús (soprano).
  • Jesús, joven soldado en la Guerra de Cuba (tenor).
  • Isidro, dueño de un puesto en el mercado (barítono).
  • Juana, dependienta de otro puesto (soprano).
  • Antonia, dependienta de otro puesto, enfrentada con Juana (mezzosoprano).
  • Timoteo, policía, marido de Antonia (tenor), personaje cómico.
  • Pascual, amigo y enamorado de Pilar (papel hablado).
  • El Sargento de Policía, enamorado de Pilar (papel hablado).
  • Vicente, soldado amigo de Jesús (papel hablado).
  • Coro: mujeres en el mercado (tres dependientas y el resto clientas), soldados, pueblo de Zaragoza en fiestas.
PRIMER CUADRO
Un mercado en una plaza.

La simpática portada de la edición original en disco
de vinilo de la grabación de Argenta.
La obra se abre con una introducción con sones populares festivos e inmediatamente nos traslada a una disputa entre dos dependientas en el mercado:  Juana y Antonia. Interviene Isidro para separarlas, si bien el alboroto que se ha formado es importante. Calmados los ánimos llega Timoteo, policía marido de Antonia, e informa de que el Ayuntamiento acaba de aprobar una nueva contribución que hay que pagar. Las mujeres en el mercado le replican airadas y hacen una crítica a la presión fiscal. El pobre Timoteo no consigue evitar un segundo alboroto, en este caso, la de las mujeres contra él (incluida su mujer, de fuerte temperamento), todo ello a ritmo de jota, con la que brillantemente se cierra el primer número musical.

Le sigue un diálogo donde se nos presenta a Pilar, cuyo novio, un joven de Ricla, está en la Guerra de Cuba y del que ultimamente no ha tenido noticias. También se nos presenta al Sargento, galante y pícaro andaluz, enamorado de Pilar. 

Escuchémoslo (y veámoslo):

Pilar recibe carta de Jesús, expresando su alegría en una Romanza (nº 2). No sabe leer, pero su amigo Pascual, enamorado de ella pero asumiendo que tiene novio, le lee las cartas. Menos noble procede el Sargento, que anda detrás de Pilar. Ya le había dicho hace algún tiempo, falsamente, que Jesús le había escrito indicándole que algunas cartas se las remitiría a él. Llega al puesto de Pilar, donde ésta le cuenta que ha recibido carta de Jesús. Como la carta ha tardado en llegar y es de meses atrás, el Sargento, astuto, le dice que él ha recibido una carta más reciente donde Jesús le dice que se ha casado. Pilar no se lo cree y le contesta, muy convencida, que a las aragonesas nadie nos gana a constantes, ni a cabezudas, ni a tercas. Se casó... ya enviudará. Aunque me caiga de vieja, media hora antes de morirme, como yo le pille cerca, se casa conmigo el maño.

El Sargento, en un aparte, dice para sí: He sembrado la semilla, ya vendremos a recogerla. Y se despide de Pilar.

Llegan al mercado a cobrar la nueva contribución y Antonia se enfrenta al municipal encargado de cobrarla, incitando a la rebelión (nº 3), por lo que es arrestada. Se entera Timoteo, pero no puede hacer nada. En un arrebato, rompe su sable de policía, por lo que es expulsado del cuerpo.

SEGUNDO CUADRO
El río Ebro. Al otro lado se ve Zaragoza, las torres de la Seo y las cúpulas del Pilar.

España ha perdido la Guerra de Cuba y los soldados regresan a casa. Jesús, junto con otros soldados, vuelven a Zaragoza. La escena se abre con el Coro de repatriados (nº 4), el número más famoso de la obra, con ritmo de pasodoble:


Por fin te miro
Ebro famoso,
hoy es más ancho
y es más hermoso.

¡Cuánta belleza,
cuánta alegría,
cuánto he pensado
si te vería!

Tras larga ausencia
con qué placer te miro
en tus orillas
tan sólo yo respiro.

Estás más lleno,
aún más que te he dejado.
¡Ay pobres madres,
cuánto han llorado!

Ya Zaragoza
vuelvo a pisar,
allí la Seo,
y allí el Pilar.
 
Veámoslo en la película (aunque dadas las mayores posibilidades, los soldados llegan en un tren hasta la estación de Zaragoza):


Los soldados se entusiasman contemplando Zaragoza. Jesús le cuenta a su amigo Vicente que se encomendó a la Virgen del Pilar y que, como vuelve sano y salvo, lo primero que hará es ir a arrollidarse ante la imagen y después, del Pilar a la Pilar.

Los soldados se marchan. Entra Timoteo que, tras perder su empleo, tiene que ir a pescar al río para poder comer, mientras se dice a si mismo: ¡Dios mío, si yo pscase mi destino!... ¡Ser repuesto!... Sí, ya puede sublevarse mi esposa, ya no la sigo. Juro ser en adelante Guzmán el Bueno.

CUADRO TERCERO
La Plaza del Pilar.

Escena de la fiesta en una representación
en Napa (California), en 2002.
Se prepara la fiesta en la plaza. Por allí ronda el Sargento, que ya sabe que un grupo de soldados ha regresado a Zaragoza. Probablemente Jesús vuelve en el grupo y eso no le gusta. Considera que la mejor estrategia es salir al encuentro de éste y contarle la misma historia que a Pilar pero a la inversa: que ella se ha casado.

Jesús llega a la Plaza con su amigo Vicente para entrar en la Basílica y se encuentran con el Sargento. Éste, en tono amistoso, saluda a Jesús, quien le dice que va a proponerle matrimonio a Pilar. El Sargento pone en marcha su plan y le cuenta que un mexicano rico llegó a Zaragoza y que, cuando fue a comprar melocotones al mercado, se enamoró de Pilar, se casó con ella y ahora viven en aquellas tierras. Vicente intenta animar a su amigo: como no va a marchar para Ricla, su pueblo natal, hasta mañana, que disfrute de las fiestas con él. El plan surte efecto a medias, dada la contestación de Jesús: ¡Y a mí qué, si está casada! ¡Hoy lunes, en Zaragoza: mañana, martes, en casa; miércoles me embarco en Cádiz; el jueves cruzo la charca; el viernes llego y le mato; a otro, sábado, se casa Jesús con la Pilarica: y el domingo se descansa! De todas formas, el Sargento le dice que le acompaña al interior del templo y después al tren. Mientras, en la plaza se siguen preparando los festejos con algarabía (nº 5).

Jesús y Vicente entran en la Basílica. Allí se han dado cita Pilar y Antonia y, si bien no se cruzan con ellos, Pilar cree haber oído la tos de Jesús. Además, Pilar tiene dudas de las intenciones del Sargento, por lo que le va a dar una carta atrasada haciéndola pasar por recién recibida y le va a pedir que se la lea. Aparece el Sargento y ella aprovecha para ponerle a prueba. Buena parte de la trama, que se desenvuelve en pocos minutos:



El Sargento coge la carta, y casi mejor ver cómo se desarrollan los acontecimientos en el siguiente vídeo. La película omite un detalle que realza la picaresca del Sargento: dado que Pilar podría haber pedido a una segunda persona que le leyera la carta, cuando éste se la ha acabado de explicar, enciende un cigarro y, al apagar la cerilla, prende fuego a la carta haciendo creer que ha sido sin querer. El número musical finaliza con la procesión de la Virgen del Pilar (nº 6):



El final de la película también difiere del original, donde el Sargento, con remordimientos, corre a la estación a buscar a Jesús y le trae. El Sargento, en un alarde de estereotipo andaluz, confiesa así sus remordimientos a Pilar:

¡Ganarle a grandeza de alma
tú ni nadie a un andaluz!
Si lo más grande de España
está en Sevilla, en mi tierra.
Las mentiras, la Giralda,
la hermosura de las hembras,
¡hasta el sol tiene tres varas
más que éste! ¡Ganarme a mí!

Entra Timoteo muy alegre, pues ha recuperado su empleo. La obra termina a toda orquesta y coro entonando la jota del nº 5, cuyas estrofas canta Pilar, y rematado por un "¡Viva Zaragoza! ¡Viva Aragón!"

Dependiendo de las versiones, esta escena final a veces se acorta. En versión reducida podemos verla en esta representación en Napa (California), del año 2002, en la que por cierto el público termina exaltado, supongo que porque el folclore español siempre ha estado muy bien considerado fuera de nuestras fronteras. El vídeo comienza con la plegaria a la Virgen:

  

LA OBRA EN EL CONTEXTO DE LA ZARZUELA

Gigantes y cabezudos es uno de los títulos de la larga lista de zarzuelas costumbristas, más o menos representadas hoy, generalmente con el formato de género chico y ubicadas en prácticamente todas las regiones de España. Así, en Aragón, la citada o Los de Aragón de José Serrano, valenciano que se acordó de su tierra en Moros y cristianos y que, con ambiente andaluz, compuso La reina mora. Chueca hizo lo propio con Agua, azucarillos y aguardiente o La Gran Vía para Madrid o La alegría de la huerta para Murcia. La pícara molinera de Pablo Luna se acuerda de Asturias. Ejemplos en zarzuela grande los encontramos en la Navarra pintada por Chapí en La bruja (muy próxima a la ópera) y, a principios del siglo XX, en Amadeo Vives con Maruxa (1914), ambientanda en Galicia, y después convertida por el compositor en ópera; en la década de los años veinte, El caserío de Guridi en el País Vasco o las castellanas La mesonera de Tordesillas de Moreno Torroba, en el Valladolid de Felipe IV, o La del Soto del Parral de Soutullo y Vert, ubicada a mediados del siglo XIX en Segovia.

El salmantino Tomás Bretón no se olvida del elemento histórico regional en sus óperas Covadonga, Los amantes de Teruel o en la historia del noble leonés Guzmán el Bueno, pero fue precisamente en su acercamiento al género chico con La verbena de la Paloma lo que le lanzaría a la posteridad. Próxima a la ópera, la obra más famosa de Moreno Torroba, Luis Fernanda, aprovecha la trama de la Revolución Gloriosa de 1868 para transportarnos en su tercer acto a tierras extremeñas.
Fernández Caballero, el compositor de Gigantes y cabezudos, probablemente sea más bien un honroso artesano que un brillante orfebre. Aunque mantiene varios títulos en repertorio, no tiene la versatilidad musical de Sorozábal (que tan pronto te compone una zarzuela ubicada en Madrid, como en el ambiente napolitano del siglo XVIII, la Centroeuropa del XIX o la Revolución rusa), tampoco la facilidad melódica de Chueca (creador infatigable de melodías) o la profundidad de Ruperto Chapí (cuyo lenguaje entra de lleno en la ópera). El libretista, Manuel Echegaray, realizó libretos de todo tipo, y si bien en ese término medio entre seriedad y comicidad no puede competir con el tándem Perrín y Palacios, su lenguaje elegante le hace un autor destacable.

REPRESENTACIONES Y GRABACIONES

Gigantes y cabezudos ha gozado de cierta continuidad a lo largo del siglo XX, con nuevas producciones del Teatro de la Zarzuela en 1914, 1964 y 1974 y una mayor renovación en las últimas décadas. También merecen destacarse la clásica producción de José Tamayo en San Sebastián (1964) o la de José Luis Moreno para el Teatro Calderón de Madrid (1995). No obstante, a día de hoy lo más frecuente es escuchar fragmentos en antologías de zarzuela o en concierto, probablemente por estar en un incómodo término medio entre la sencillez y la complejidad: para un teatro de primera fila no plantea ninguna dificultad, por lo que puede resultar insulsa; mientras que para compañías y teatros modestos, si bien pueden afrontar con solvencia la parte musical, el aparatoso escenario (sobre todo la Plaza del Pilar, Basílica incluida, en el tercer acto) y la escena festiva llena de gente, les desborda.

Esto ha contribuido también a que mientras otras zarzuelas hayan sido regrabadas en los ochenta y noventa, practicamente el único registro en CD que aúna calidad y fácil disponibilidad en el mercado sea el de Ataulfo Argenta de 1952, con un reparto experimentado y un Orfeón Donostiarra intachable. El sello Alhambra fue el que grabó la larga lista de zarzuelas dirigidas por Argenta en los años cincuenta hasta su prematura muerte en 1958 (aunque la casa discográfica continuaría después con otros directores), y realizó un trabajo de una calidad superlativa. Buena prueba de ello es que las sucesivas remasterizaciones han dado como resultado un sonido que nadie se cree que proceda de los años cincuenta y que es más nítido que el de la película de 1969, pues ésta no se ha remasterizado.

De 1995 procede el registro audiovisual del Teatro Calderón de Madrid. Se debe a la larga lista de zarzuelas producidas en este teatro por José Luis Moreno. La representación es solvente, con los conjuntos del teatro comandados por José Antonio Irastorza y dos voces protagonistas importantes en el panorama de la zarzuela: María Rodríguez y Rafael Lledó (más unos secundarios solventes, pero a un nivel inferior), además del aliciente del directo frente al estudio. Ahora bien, ni Irastorza es Argenta, ni la Orquesta y Coro del Teatro Calderón de Madrid están al mismo nivel. Ciertamente los conjuntos muestran un buen saber hacer, pero es que en ese año 1995 se representaron, al menos, dieciséis títulos (pues ese número hacen los que emitió TVE y después salieron al mercado). Si la temporada de un teatro empieza en septiembre y acaba en junio, sale a algo menos de tres semanas en cartel cada título (interpretando uno mientras a la vez se ensaya el siguiente), lo cual es un ritmo muy intenso para profundizar en las partituras en una agrupación que no es ni la del Teatro Real ni la del Teatro de la Zarzuela. Los solistas no tuvieron ese problema, ya que el equipo de cantantes con el que se contaban era muy amplio. Está completa en youtube, así que la pongo a continuación por si alguien tiene curiosidad y un rato libre largo para verla:




El plantel discográfico se completa con otras más o menos difíciles de encontrar: una histórica de 1930 dirigida por Concordio Gelabert (Blue Moon); EMI remasterizó hace unos años la dirigida por Rafael Ferrer en 1954, con un reparto inferior a la de Argenta; Moreno Torroba la dirigió para el disco en dos ocasiones: en 1956 y en 1969 para la película; mientras que Daniel Montoro la grabó en 1957 con la Orquesta de Cámara de Madrid, que circula por youtube y que se mueve a un nivel similar a la de Argenta, pero con los Cantores de Madrid en lugar del Orfeón Donostiarra.

VERSIONES Y ARREGLOS

La Banda del Club Social de Zaragoza interpreta esta síntesis sinfónica con algunos temas de la zarzuela:

La Orquesta Sinfónica y Coro de RTVE interpeta la jota (nº 5) en versión de concierto, al mando de Igor Markevitch, director ucraniano especializado en repertorio ruso y música del siglo XX y del que no tenía noticia de que hubiera dirigido alguna vez zarzuela. La interpretación es impecable:
ANÉCDOTAS

GIGANTES Y CABEZUDOS EN LA FÁBRICA NACIONAL DE MONEDA Y TIMBRE
La Fábrica Nacional de Moneda y Timbre emitió en 1981 una serie filatélica dedicada a la zarzuela, donde los sellos iban emparejados: tres pesetas valía el correspondiente al compositor,  y más alargado, otras tres el correspondiente a la zarzuela. En el mercado filatélico, para poderse cotizar como sello sin matar, ambos deben estar emparejados.




1 comentario:

  1. Bueno por fin tengo tiempo para sentarme y comentar !!!
    Gracias, mil gracias por traer al blog al maravilloso género chico !!! Gigantes y Cabezudos nunca ha sido mi zarzuela favorita, la verdad... Pilar me parecía muy sosaina y quitando "el coro de los repatriados" la jota de "si las mujeres mandasen" y "los del calatorao" una jota que cantan unos campesinos que han ido al pilar y canta un niño (porque cuando la vi por primera vez era muy pequeña y me hacía ilusión que saliera un niño) no había muchas mas canciones que me llamaran la atención... aunque lo más interesante de la historia siempre fue como incluyen la guerra de Cuba en el argumento.
    La vi por primera vez en la televisión en el 95.
    Dentro de un tiempo trae algo más de zarzuela por favor !!

    ResponderEliminar