domingo, 26 de octubre de 2014

Seis Momentos musicales de Franz Schubert

Dicen que Schubert sólo dio un único concierto público a lo largo de su vida y que con lo que ganó, pudo comprarse un piano. Una vida difícil y melancólica la de este vienés, popularmente conocido como "el último de los clásicos", si bien sonando ya a romántico, y que a día de hoy es uno de los autores más conocidos del siglo XIX, sobre todo por sus obras para piano. Sus Momentos musicales son un buen ejemplo.

Schubertiada en Viena, de Julius Schmid, 1897
Asociación Coral de Viena

FICHA TÉCNICA

Obra: Seis Momentos musicales, D. 780.
Autor: Franz Peter Schubert (Viena, 1797 - ibid. 1828).
Años de composición: 1822-1828.
Estreno: Por el propio compositor, ya que fueron publicados en vida. No es posible saber en qué circunstancias.
Duración: 22 minutos, aprox.
Discografía propuesta: Alfred Brendel, 1972 (DECCA)




¿QUÉ SABEMOS DE SCHUBERT?

Casa natal de Schubert, en Viena.
Que de Schubert se conserve un cuerpo de obras tan amplio es poco menos que un milagro. Falleció en 1828 y su "catálogo completo" (o lo que se entendía por tal) comenzó a publicarse en 1884 y no estaría ultimado hasta 1897. Hasta que se puso en marcha la iniciativa, en esos casi sesenta años no hubo un especial interés en el compositor. Hasta 1951 no llegaría la catalogación que haría Otto Erich Deustch, quien dató cronológicamente las obras y puso orden en la confusión reinante. El resultado sería un catálogo integrado por casi 1000 números (la obra de esta semana tiene el número 780), una producción importante para alguien que vivió 31 años (aunque algo más de 500 de esos números se refieren a lieder, canciones para voz y piano). Deustch fue además quien ofreció una visión sistemática de la vida del compositor, la cual, sin embargo, deja bastantes interrogantes en la faceta personal. 

En 1981, el musicólogo Maynard Solomon escribió un morboso artículo dedicado a la supuesta homosexualidad del compositor y que ha dado lugar a todo tipo de especulaciones. Partiendo de la falta de interés artístico que tiene la orientación sexual (a la que hago alusión porque no es infrecuente encontrarse con este debate a día de hoy en lugar de explorar lo verdaderamente importante, que son una serie de obras inacabadas o de ignotas circunstancias), los escasos datos que tenemos de la vida personal del compositor no nos permite afirmarlo. Sí sabemos, por las cartas, que mantuvo contacto con diversas damas, como la soprano Teresa Grob, a quien se la ha calificado como el "único verdadero amor de Schubert" y cuyo padre impidió el matrimonio. También sabemos que, con veintiún años, se enamoró de Carolina de Esterházy, hija menor del Conde Johann Karl de Esterházy y a quien conoció por su actividad musical. Por razones obvias, tal relación no podía prosperar. Solomon abrió el debate partiendo del hecho de que el compositor, que abandonó la casa paterna, compartió vivienda con varios intelectuales del sexo masculino a lo largo de su corta vida y a los que profesaba verdadero afecto. Los dos más importantes, Franz von Schober y Juan Bautista Mayrhofer, fueron poetas que le proporcionarían a Schubert material para sus ciclos de lieder.

Schobert, Mayrhofer, Teresa Grob y Carolina de Esterházy,cuatro personas que influyeron decisivamente en Schubert. 





UN JOVEN MÚSICO QUE NO ENCUENTRA SU SITIO

De todos los compositores que conforman la llamada Escuela de Viena, sólo Schubert era vienés. Procedente de una familia humilde, su padre, maestro, se ocupó de buscar a su hijo un profesor de música, quien rapidamente constató que el pequeño Franz tenía virtudes innatas. Contando Schubert con nueve años, la Capilla de la Corte Imperial, adscrita al Seminario, convoca exámenes para cubrir vacantes. Dada la escasez de medios de la familia, podía ser un buen lugar donde recibir una buena educación musical. En la prueba de selección está el Director del Seminario, Inocencio Lang y el Director Musical de la Corte, Antonio Salieri. Ambos constatan las aptitudes de Franz e ingresa en la institución.

Entrada a la Capilla Imperial, en el Palacio Hofburg.
El coro de niños fue fundado en 1498 y hoy se
denomina Niños Cantores de Viena, pudiéndose
escuchar semanalmente en la misa dominical.
Si bien Schubert se tomó muy en serio su educación y compuso varias obras para piano y formación de cámara, no se adaptó del todo a la vida rigurosa y estoica, con lo que con dieciséis años abandona la institución y vuelve a su casa, poniéndose a dar clase con su padre. En este periodo buscará algún sitio en la vida musical oficial de la ciudad (teatros, iglesias...) y le vendrán algunos encargos, que cumplirá con gran profesionalidad y madurez estilística para un compositor tan joven, si bien no conseguirá ningún puesto fijo. La mayoría de estas obras, entre las que se incluyen sus dos prmeras sinfonías, a día de hoy son anecdóticas en las salas de conciertos.

Mientras tanto, Schubert seguirá buscando, quizás más a iniciativa de su padre, un empleo estable, sin encontrarlo.

SCHUBERT SE INDEPENDIZA

Schubert no estaba a gusto con su situación familiar, que le resultaba agobiante. Acababa de conocer a Schober, un poeta aficionado de procedencia sueca y buena familia, el cual le empezaría a suministrar material para sus lieder (ciclos de canciones para voz y piano) y con el que finalmente se instalaría en un piso compartido (y que probablemente pagaba Schober, pues de Schubert es conocido que sus discontinuos y exiguos ingresos le hicieron depender de sus amigos). En este periodo parece que el compositor encuentra su sitio: la vida bohemia que diversos intelectuales desarrollaban en la ciudad, al margen de los círculos artísticos oficiales, en reuniones artísticas de diversa temática conocidas hoy como schubertiadas.

Una excusión de los schubertianos, acuarela de Kupelwieser. En 1820, una serie de intelectuales celebraron reuniones artísticas en Atzenbrugg, a veinte kilómetros de Viena, en una propiedad del tío de Schober. A la izquierda, paseando, el autor y Schubert.























Hay que tener en cuenta que en estos años se desarrolla el movimiento Biedermeier, en el contexto de una burguesía comodamente asentada en sus negocios y su vida familiar y sin pretensiones políticas. Esta burguesía, si bien no puede equipararse al mecenazgo de reyes, nobles y hombres importantes, sí acoge en sus casas recitales y reuniones artísticas, para las que Schubert compondrá lieder y todo tipo de obras para piano y formaciones de cámara.

Este estilo de vida será interrumpido en 1818 por una estancia en la casa del Conde de Esterházy para que enseñe música a sus hijas (al servicio de esta familia estuvo Joseph Haydn en décadas anteriores), regresando a Viena dos años más tarde e instalándose con el poeta Mayrhofer en casa de una viuda.

Los lieder, la obra para piano y la obra de cámara es la que forma la práctica totalidad de las obras que se interpretan del compositor. Fuera de estos géneros sólo es habitual encontrar interpretaciones de sus Sinfonía nº 8 Inacabada y 9 La Grande y, en menor medida, de la nº 5. Su obra religiosa se considera de circunstancias, aunque hay alguna curiosidad. Tiene diez óperas terminadas (más cuatro inacabadas y fragmentos de otras dos), pero sólo tres se estrenaron en vida, debido a que se trataban de colaboraciones espontáneas con poetas sin un previo encargo de un teatro y en muchos casos dramáticamente no funcionan bien (su calidad musical es otra cosa). Su música religiosa hoy se considera de circunstancias, con alguna curiosidad. No escribió ningún concierto para piano y orquesta (probablemente porque era consciente de que no podría interpretarlo) y en obra concertante sólo figura la Polonesa para violín y orquesta y un movimiento de un Concierto también para este instrumento.

LOS MOMENTOS MUSICALES

Comienzo del Momento Musical nº 3, en la edición.
revisada por Franz Liszt en sus aspectos técnicos.
La denominación "momento musical" fue creada por Schubert para referirse a pequeñas obras para piano que se asemejan a un breve poema. Una estructura sencilla en la que exponer unos motivos musicales sin grandes pretensiones. El género no triunfó, pues entre las obras de repertorio sólo encontramos los Seis Momentos musicales de Serguei Rachamaninov, compuestos en 1896 como claro homenaje a Schubert.

Estas obras gozaron de suerte, pues un editor de la época, Leidersorf, se ofreció a publicarlas en 1828, aunque la que figura como tercera fue publicada en 1823 bajo el título de Aire ruso, mientras que la sexta lo fue en 1824 en un álbum navideño. La distribución es la siguiente:
  1. Moderato (do mayor).
  2. Andantino (la bemol mayor)
  3. Allegro moderato (fa menor)
  4. Moderato (do sostenido menor)
  5. Allegro vivace (fa menor)
  6. Allegretto (la bemol mayor)
De ellos escucharemos dos, el 3 y el 5. Comenzaremos por el más conocido, y también el más breve, el nº 3:

Esta breve pieza ha sido arreglada para las más variadas formas instrumentales. Aquí vemos a un violinista, un cellista y una pianista tocándolo como bis de un concierto:


Con cuatro violines:


Escuchémoslo con orquesta de cuerda, que le da un aire eslavo particularmente otoñal:


El pianista y compositor polaco Leopold Godowsky hizo el siguiente arreglo, complejizando la pieza de Schubert, algo que es bastante discutible, pero que parece asumido, al interpretarse en ocasiones como bis de concierto, como es este caso:


La obra también ha trascendido de las salas de conciertos:


Y también transcripciones exóticas, algunas arte por duplicado, como la siguiente:


El número 5 no ha trascendido tanto como el 3, aun siendo una pieza muy viva, con cierto tono nostálgico:


ANÉCDOTAS

ANTAÑO ÉL ERA EL SECUNDARIO, AHORA ES PROTAGONISTA

El nombre de Franz Lachner probablemente no nos suene de nada. Fue un director de un pequeño teatro de Viena, el Kärntnerthor y después pasó a Munich. No obstante, en su momento gozó de cierta popularidad y el dibujante Moritz von Schwind le dedicó una serie de ilustraciones humorísticas de gran tamaño: en una lámina de 12 metros de longitud. En varias de ellas, entre los secundarios que le acompañan en su vida, está Schubert. A día de hoy, probablemente al único que identificaríamos en todas ellas sería a Schubert. Debajo, un ejemplo de la serie, en la que se ve, de izquierda a derecha, a Lachner, Schubert y Baurnfeld bebiendo en una taberna en el campo. Hay una muy simpática en la que se les ve muy animados dando una serenata debajo de un balcón, pero por desgracia no está en la red.


 

1 comentario:

  1. Schubert!! un imprescindible para los pianistas!! Lo considero mi "padrino musical" porque el día que hice paso de grado, me dejaron practicar un poco las piezas, junto con un amigo, en una sala del antiguo conservatorio (antigua casa cuna) donde había un retrato enorme de Schubert, y recuerdo haberle pedido suerte para el examen...
    Super famosos los momentos musicales!! A mi me encantan!! Mírale... don "la música solo con piano me aburre" ^^

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